take OVER



this blog is now about kittens

Luchemos por una sociedad libre de mácula, hermanos!

Hace un tiempo (alrededor de 4 meses, para ser más preciso), Rukazu (miembro de este blog) me pasó por MSN el video de una canción llamada "Amo a Laura, pero esperaré hasta el matrimonio". Este hipnotizante cóctel de imagen y sonido (de una estética sospechosamente similar a la de un eyecatch de MTV) instaba a sus ocasionales receptores a que optaran transitar el camino de la vida casta y puritana evitando, en éste caso, tener relaciones sexuales antes del matrimonio (aunque de seguro no ha de lmitarse a eso, supongo que condenarán el sexo por placer). Pienso que reprimir algo tan bello, que además es NATURAL, es una estupidez y como es lógico, me indigné pero tambien me reí al ver semejante bizarreada.
Todo ésto pasó al olvido hasta que accidentalmente me topé con ESTE SITIO WEB, que pertenece a la Asociación Nuevo Renacer. Divertido, empezé a revisar los contenidos y algo llamó mi atención: en TODAS las secciones del sitio se atacaba (directa y en ocasiones sutilmente) a MTV. Sospeché que todo ésta parafernalia tecno-religiosa extremista no era más que publicidad del canal, y mis sospechas fueron confirmadas cuando me encontré con un artículo que contenía UN LINK DIRECTO a una campaña publicitaría de MTV España, acusada por éste sitio de impúdica e inmoral. En principio podría suponerse que el link fue colocado en el sitio para indignar al ocasional visitante, teniendo así mayores chances de integrarlo/sumarlo a la simpática organización de fanáticos religiosos antes nombrada. Sin embargo, el sitio insistía en que NO DEBIAMOS ver MTV, ni sus publicidades. Definitivamente todo se trataba de una inteligente campaña publicitaria del canal, lo cual terminé de confirmar gracias a mi amigo Google.
OK, el canal de la M nos inunda de mierda estupidizante, música pedorra y realitys ridículos, pero hay que reconocer que saben como atraer la atención de la gente!
Qué opinan?

Y acà estoy, un nuevo mes junto al love of my life, de vacaciones, con resfrìo pero happy, con dos alumnas de English (oh sii!), y con ganas de saber como andan todos!
Besitos!
La Pulguis se sento a escribir..

Feliz día del amigo, Freundes Tag o como las plazca!

Como no podía ser menos (dónde se ha visto un blog lleno de saludos al autor del mismo por el día del amigo donde el honrado no hace un post conmemorando ésta fecha), acá los saludo.
Nah, joda. Tenía pensado postear pero no encontré el momento en todo el día y, debo ser sincero, no me gasté en preparar algo extenso, y de haberlo hecho hubiera sido un esfuerzo inútil. ¿Qué mejor que las palabras de Víctor para explicar la amistad? No tiene ningún sentido escribir otra cosa cuando alguien ya se ocupó de poner en su blog palabras tan justas.
Sólo puedo reafirmar lo que él dice, coincidir en que la amistd es lo que nos permite tener un dejo de esperanza en un mundo hostil y egoísta, hacer fáciles los días más difíciles, sentirse comprendido y especial, y, aún mejor, sentirse especial junto a otro: ser compañeros, ser cómplices, depositar confianza, manejar códigos. Tengo a la amistad como un valor muy fuerte, ya que fue la que me permitió superar tiempos difíciles, madurar, ser quien soy y regalarme momentos muy gratos que llevo grabados en mi memoria.
No necesito hacer menciones realmente extensas, ni explícitas ni implícitas a los destinatarios de éste mensaje, porque todos saben bien quiénes son. Sólo me queda desearles un buen porvenir, pedirles disculpas por mi larga lista de errores pasados (faltas de madurez e incomprensión, y el haber traicionado la confianza en una ocasión) y saludarlos con motivo de un día que, marketinero o no, no deja de ser un hecho positivo.
Feliz día!

feliz dia


ehhhhhhhh, que te pensas! yo no puedo ser menos.
feliz dia, chaval. sos groso (sabelo)

Me alegra mucho que estés superándote en cuanto a tus obligaciones laborales. Creo que la vida te está devolviendo toda ésa fuerza que pusiste cuando te golpeó con los problemas de tu papá. Sos una grandísima persona y te deseo lo mejor con éste blog (que espero que nunca lo abandones). Te mando un gran abrazo y nos vemos muy pronto...

Berretines estúpidos

En éste último tiempo por motivos tanto económicos como mentales me lanzé a la búsqueda de trabajo, preferentemente en el sector informático, ya sea como técnico, sujeto de help desk, programador de coordenadas de misiles balísticos intercontinentales o cualquier otra cosa que me mantuviera limpio, bien pago y relativamente sano.
El problema, sin embargo, era la presencia, lo cual limitaba mis posibilidades de éxito. Tengo mi propio gusto en ropa, pero son el estilo y la presencia verdaderas prioridades para mí, y mucho menos acepto que mis decisiones al respecto se vean subyugadas a los caprichos de una persona o el gerente de un negocio (otra de las razones por las que odio los boliches, aparte del hecho de que no me resultan en absoluto atractivos, es la segregación que hacen los dueños de los mismos con sus caprichosos requisitos -zapatos, jean, etc, etc, etc-), pero desgraciadamente ésta tendencia es algo contra lo que no puedo luchar, y una de las razones por las que en un futuro alterno me volvería un líder malvado y autoritario con el único objetivo de arrancar la estupidez de cuajo de éste suelo, entre tantas otras cosas horribles que no tiene sentido expresar ahora. Pero basta de mis delirios de poder y grandeza, y vamos a los hechos.
Mandando CV's a distintas empresas, llegué a ponerme en contacto (en primer término) con ASGATE Systems. El día de la entrevista, a sabiendas de lo importante de la presencia para éstos sujetos, pero falto de pantalón de vestir, zapatos y traje, fui como de costumbre, o sea, con mis eternos pantalones, buzos, zapatillas y camperas negras, que dicho sea de paso es lo más sobrio que concibo, y lo que más me gusta.
Al entrar a la pequeña (pero pujante, o eso me dijeron) empresa, me encontré rodeado de sujetos de camisa y corbata, que me miraban extrañados, lo cual es natural. La secretaria me invita a tomar asiento en la sala de conferencias, para esperar a el entrevistador/gerente de RR.HH./gerente general/vaya uno a saber qué, que seria el que hablaría conmigo.
El sujeto estaba vestido de igual modo que sus compañeros, sólo que con saco. Con la pinta que tenía (tipo moreno, pelo corto, casi al ras), la voz y hints de mi sexto sentido, me formé la idea de que quizá el tipo era discretamente homosexual, pero creo que fue culpa más de mi sexto sentido (muy falible) que de otra cosa.
Luego de un par de preguntas simples acompañadas de otras improcedentes, la típica perorata empresarial de la necesidad angustiosa de jóvenes pujantes y con voluntad (Vamos Equipo!) y una idea vaga de las condiciones de trabajo (unos magros $650 por mes por 9 horas diarias, brindando soporte e instalando en empresas el soft que venden), me largó un lapidario "Mirá que acá te vas a tener que venir con traje", señalando algo entre mi estómago y mi ropa. Creo que se refería a lo segundo.
Luego de escuchar promesas de ser llamado si les fuera útil o no (cosas ambas que nunca sucedieron), me fuí del lugar, consciente de que me iban a pagar una miseria, pero también consciente de que era mejor que mi trabajo actual (honrado pero complicado bicicletero de la apacible zona residencial de José León Suárez -Pdo. de San Martín-, hogar de borrachos tiempo completo, rateros hijos de mamá, capos de la droga locales-wannabe que amenazan con prender fuego para luego robar y dealers que hacen gala de la más vulgar de las opulencias).
Desilusionado de ésto y a falta de nuevos llamados a entrevista, seguí con mi rutina, aunque ahora armado de un saco que me queda chico e hice estirar un poco en la parte de los brazos (a simple vista no parece chico, pero sí al, por ejemplo, flexionar los brazos, valga la redundancia), tres pantalones de vestir que hice achicar (mucho) y alargar (un poco), un par de zapatos de cuero, una camisa vieja pero en buen estado y un pullover de bremmen, bremmer o como sea.
Debo reconocer, sin embargo, que siempre me atrajo la idea de usar traje alguna vez, no como costumbre sino por simple curiosidad. Además, antes que eso prefiero las gabardinas solapadas (como las de los soldados de guerras mundiales, se las conoce como "sacos de campaña" o "trenchcoat", y lo más similar que conozco en la actualidad son los sobretodos, aunque éstos último son más gruesos, o eso parece).
A raíz de un nuevo llamado, me hice con los zapatos antes mencionados y empezé a probarme la ropa, que para mi suerte me queda bien. Asesorándome un poco con mi hermano acerca de cuestiones "de etiqueta" (yo no le pedí ayuda, más bien el empezó por motu propio a explicarme), me vine a enterar de la existencia de montones de berretines (amo ese tipo de palabras: berretín, monigotada, mercachifle, etc) estéticos y formalismos estúpidos que suelen tener las personas: hablando con ellos y pensando si usar saco o no (no sabía si iba a necesitarlo), mi madre me dice "no, no entres con el saco al lugar y te lo saques porque queda mal", a lo que yo le contesto "Eh? Por qué?", y sólo recibí un "es así", como respuesta. Muy convincente. Y no, no estoy siendo sarcástico. También me hablaron de montones de otras pavadas del estilo, que no puedo recordar ahora.
Pues bien, ¿en qué demonios piensa la gente? ¿Son realmente importantes ése tipo de formalismos estúpidos? Mas allá del traje, que fuera de ser una tradición inamovible, no es algo tan objetable, ¿Es necesario tener las manos fuera de los bolsillos, adoptar una postura "X" o evitar tener el saco en un brazo? Pues bien, supongamos que no son éstos requisitos que crearon los empleadores, sino que se alimentan de las necesidades de sus clientes: ¿Somos tan imbéciles? ¿Acaso es necesario comentar "que chico desarreglado" después de ser gentilmente atendido por un recepcionista?
Muchas veces pienso que todo éste tipo de idioteces forman parte de algo mucho más grande. Si bien es más arraigado, es tan viejo como la injusticia, y eso me lleva a un punto un poco más volado, pero al que otro tipo de contactos con el mundo me han llevado. Ponemos pavadas, fetiches y berretines de toda clase por delante de lo que es realmente importante, aunque sobre eso ya me expresaré en un futuro.
Sé que suena renegado (no voy a negarlo, lo soy), pero aún así, me gustaría leer opiniones.
Pero fuera de mi pequeño impasse pseudofilosófico, debo contar cómo me fue en la entrevista de hoy, y debo decir que muy bien. Las condiciones de trabajo son muy buenas: 6 horas diarias, con 2 francos rotativos por mes (hete aquí el único inconveniente, habrá meses enteros en los que me tenga que levantar temprano un domingo, por ejemplo), un muy buen sueldo y, aún mejor, no hay requisitos respecto a mi presencia. Dado que mi tarea sería la atención y soporte telefónicos a clientes de Arnet, la presencia poco importa, lo cual es muy coherente. Luego de llenar una planilla con datos, enterarme de lo que acabo de comentar y contestar un cuestionario para medir mi aptitud, me largué del edificio. Por cierto, creo que tengo serias chances de entrar, dado que eramos sólo dos postulantes.
Me puse a dar vueltas por las librerías de usados de Corrientes, buscando modelos a escala 1/72 de aviones de la Segunda Guerra Mundial, como el JU-87 Stuka, sin éxito.
Así que debo decir que me encuentro muy bien por el momento.
Au revoir!

¿Le daré uso?

Bienvenidos por segunda (o tercera, si cuento el "guarda que vuelvo" de Junio del año pasado que, como era de esperarse, terminó en nada) a mi humilde blog, ahora aggionardo y con nuevo nombre: Disertaciones Insolventes. Espero no hacerle honor, aunque lo más seguro es que falle.
Razones varias existen para mi regreso, pero la más importante de todas es que quiero que lean toda la basura, piensen que es buena y me adulen por eso, así me siento bien conmigo mismo y sigo escribiendo. Un círculo vicioso de la felicidad, al menos de MI felicidad.
Y no esperen que escriba algo ingenioso, porque no se me ocurre!

Dentro del tornado, en el epicentro. Se lleva todo por delante. No para. Grito. Me arrodillo. Ruego. En vano. Es que no quiere parar. Es que dice que ya no puede. No mide la destrucción? No mide los cambios? No mide. Pongo trabas, muebles en el camino, mientras corro. Corro para que, si me alcanza, sea en otro momento. Corro porque ya entendí. Corro porque soy cobarde. Odio eso. La ciudad, el mundo que había construído, se cayó. Renació, como Tokio, otra ciudad. Auténtica. Pero es que fue de la noche al alba, y no me preparé. Y se llevó todo. El tornado sigue. Que pare. Hoy no, por favor. ¿No alcanza con tirar abajo el muro? Por favor, aunque sea por hoy, que alcance. Pero sigue, con una actitud de calma y de furia. Me va a alcanzar. No se qué hacer. Me agarro la cabeza. Un poco más, solamente. Un poco más para que me de tiempo a agarrar lo esencial. Un poco más, para que tome aire. Me ahogo. Y no hay nadie que me pueda ayudar. Hay manos, por todos lados, que se extienden. Manos que esperan al final. Y para llegar, tengo que pasar por la muerte. Cerrar los ojos, porque temo quedar ciega. Y entonces, quizás al final, me aferre fuerte a las manos. A los brazos. Al cuerpo. Pero me siento diminuta. Pero quiero elegir. Y entonces, sabiendo lo que espera, tomo mi primera decisión... Ahora... ahora sólo quiero esperar atrás de la puerta un poco más.


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