Berretines estúpidos

En éste último tiempo por motivos tanto económicos como mentales me lanzé a la búsqueda de trabajo, preferentemente en el sector informático, ya sea como técnico, sujeto de help desk, programador de coordenadas de misiles balísticos intercontinentales o cualquier otra cosa que me mantuviera limpio, bien pago y relativamente sano.
El problema, sin embargo, era la presencia, lo cual limitaba mis posibilidades de éxito. Tengo mi propio gusto en ropa, pero son el estilo y la presencia verdaderas prioridades para mí, y mucho menos acepto que mis decisiones al respecto se vean subyugadas a los caprichos de una persona o el gerente de un negocio (otra de las razones por las que odio los boliches, aparte del hecho de que no me resultan en absoluto atractivos, es la segregación que hacen los dueños de los mismos con sus caprichosos requisitos -zapatos, jean, etc, etc, etc-), pero desgraciadamente ésta tendencia es algo contra lo que no puedo luchar, y una de las razones por las que en un futuro alterno me volvería un líder malvado y autoritario con el único objetivo de arrancar la estupidez de cuajo de éste suelo, entre tantas otras cosas horribles que no tiene sentido expresar ahora. Pero basta de mis delirios de poder y grandeza, y vamos a los hechos.
Mandando CV's a distintas empresas, llegué a ponerme en contacto (en primer término) con ASGATE Systems. El día de la entrevista, a sabiendas de lo importante de la presencia para éstos sujetos, pero falto de pantalón de vestir, zapatos y traje, fui como de costumbre, o sea, con mis eternos pantalones, buzos, zapatillas y camperas negras, que dicho sea de paso es lo más sobrio que concibo, y lo que más me gusta.
Al entrar a la pequeña (pero pujante, o eso me dijeron) empresa, me encontré rodeado de sujetos de camisa y corbata, que me miraban extrañados, lo cual es natural. La secretaria me invita a tomar asiento en la sala de conferencias, para esperar a el entrevistador/gerente de RR.HH./gerente general/vaya uno a saber qué, que seria el que hablaría conmigo.
El sujeto estaba vestido de igual modo que sus compañeros, sólo que con saco. Con la pinta que tenía (tipo moreno, pelo corto, casi al ras), la voz y hints de mi sexto sentido, me formé la idea de que quizá el tipo era discretamente homosexual, pero creo que fue culpa más de mi sexto sentido (muy falible) que de otra cosa.
Luego de un par de preguntas simples acompañadas de otras improcedentes, la típica perorata empresarial de la necesidad angustiosa de jóvenes pujantes y con voluntad (Vamos Equipo!) y una idea vaga de las condiciones de trabajo (unos magros $650 por mes por 9 horas diarias, brindando soporte e instalando en empresas el soft que venden), me largó un lapidario "Mirá que acá te vas a tener que venir con traje", señalando algo entre mi estómago y mi ropa. Creo que se refería a lo segundo.
Luego de escuchar promesas de ser llamado si les fuera útil o no (cosas ambas que nunca sucedieron), me fuí del lugar, consciente de que me iban a pagar una miseria, pero también consciente de que era mejor que mi trabajo actual (honrado pero complicado bicicletero de la apacible zona residencial de José León Suárez -Pdo. de San Martín-, hogar de borrachos tiempo completo, rateros hijos de mamá, capos de la droga locales-wannabe que amenazan con prender fuego para luego robar y dealers que hacen gala de la más vulgar de las opulencias).
Desilusionado de ésto y a falta de nuevos llamados a entrevista, seguí con mi rutina, aunque ahora armado de un saco que me queda chico e hice estirar un poco en la parte de los brazos (a simple vista no parece chico, pero sí al, por ejemplo, flexionar los brazos, valga la redundancia), tres pantalones de vestir que hice achicar (mucho) y alargar (un poco), un par de zapatos de cuero, una camisa vieja pero en buen estado y un pullover de bremmen, bremmer o como sea.
Debo reconocer, sin embargo, que siempre me atrajo la idea de usar traje alguna vez, no como costumbre sino por simple curiosidad. Además, antes que eso prefiero las gabardinas solapadas (como las de los soldados de guerras mundiales, se las conoce como "sacos de campaña" o "trenchcoat", y lo más similar que conozco en la actualidad son los sobretodos, aunque éstos último son más gruesos, o eso parece).
A raíz de un nuevo llamado, me hice con los zapatos antes mencionados y empezé a probarme la ropa, que para mi suerte me queda bien. Asesorándome un poco con mi hermano acerca de cuestiones "de etiqueta" (yo no le pedí ayuda, más bien el empezó por motu propio a explicarme), me vine a enterar de la existencia de montones de berretines (amo ese tipo de palabras: berretín, monigotada, mercachifle, etc) estéticos y formalismos estúpidos que suelen tener las personas: hablando con ellos y pensando si usar saco o no (no sabía si iba a necesitarlo), mi madre me dice "no, no entres con el saco al lugar y te lo saques porque queda mal", a lo que yo le contesto "Eh? Por qué?", y sólo recibí un "es así", como respuesta. Muy convincente. Y no, no estoy siendo sarcástico. También me hablaron de montones de otras pavadas del estilo, que no puedo recordar ahora.
Pues bien, ¿en qué demonios piensa la gente? ¿Son realmente importantes ése tipo de formalismos estúpidos? Mas allá del traje, que fuera de ser una tradición inamovible, no es algo tan objetable, ¿Es necesario tener las manos fuera de los bolsillos, adoptar una postura "X" o evitar tener el saco en un brazo? Pues bien, supongamos que no son éstos requisitos que crearon los empleadores, sino que se alimentan de las necesidades de sus clientes: ¿Somos tan imbéciles? ¿Acaso es necesario comentar "que chico desarreglado" después de ser gentilmente atendido por un recepcionista?
Muchas veces pienso que todo éste tipo de idioteces forman parte de algo mucho más grande. Si bien es más arraigado, es tan viejo como la injusticia, y eso me lleva a un punto un poco más volado, pero al que otro tipo de contactos con el mundo me han llevado. Ponemos pavadas, fetiches y berretines de toda clase por delante de lo que es realmente importante, aunque sobre eso ya me expresaré en un futuro.
Sé que suena renegado (no voy a negarlo, lo soy), pero aún así, me gustaría leer opiniones.
Pero fuera de mi pequeño impasse pseudofilosófico, debo contar cómo me fue en la entrevista de hoy, y debo decir que muy bien. Las condiciones de trabajo son muy buenas: 6 horas diarias, con 2 francos rotativos por mes (hete aquí el único inconveniente, habrá meses enteros en los que me tenga que levantar temprano un domingo, por ejemplo), un muy buen sueldo y, aún mejor, no hay requisitos respecto a mi presencia. Dado que mi tarea sería la atención y soporte telefónicos a clientes de Arnet, la presencia poco importa, lo cual es muy coherente. Luego de llenar una planilla con datos, enterarme de lo que acabo de comentar y contestar un cuestionario para medir mi aptitud, me largué del edificio. Por cierto, creo que tengo serias chances de entrar, dado que eramos sólo dos postulantes.
Me puse a dar vueltas por las librerías de usados de Corrientes, buscando modelos a escala 1/72 de aviones de la Segunda Guerra Mundial, como el JU-87 Stuka, sin éxito.
Así que debo decir que me encuentro muy bien por el momento.
Au revoir!

8 Respuestas a “Berretines estúpidos”

  1. # Anonymous Anónimo

    I agree.
    Paul Graham, en su sitio web www.paulgraham.com, comenta cosas por el estilo, como que el por ejemplo a sus empleados no les exigia tantas boludeces. El tipo esta podrido en guita con lo que saco de su empresa, btw.  

  2. # Anonymous Anónimo

    Ví tu mensaje en mi blog aunque en ese momento entre y no apareció la actualización :S, es mi pc o todavía no habías subido la entrada?

    Bueno yendo al tópico, debo decir que no estoy tan de acuerdo.

    La ropa (cualquiera sea, arreglada o no), los piercings, los tatuajes, la postura, el hablar, lo que escuchamos, todo, son cosas meramente superficiales, nos guste o no. Siempre me molestó bastante la actitud de personas que tildan a otros de "superficiales" cuando por ejemplo esa persona está tatuada de pies a cabeza. Y no hermano, te tengo que decir que por más heavy que seas, sigue siendo una cuestión para los ojos también. Obviamente que esto lo hacemos para sentirnos identificados con algo, para denotarle a los demás lo que somos o tal vez simplemente para sentirnos cómodos. De una u otra forma resaltamos algún aspecto de nuestra personalidad con la superficialidad.
    Pero en el laburo, más allá de si estamos haciendo los que nos gusta o no, es una obligación, es para ganarnos el pan y por lo general nada tiene que ver con quienes somos. Formás parte de un espectro mayor, uds son la empresa, todos son parte de una persona sola (legalmente persona jurídica). Y la empresa tiene su estilo, como vos mismo tenés el tuyo en la individualidad. Tenés que verlo desde el punto de vista colectivo. Yendo al punto, como antes dije que la forma en que te vestís denota algo de vos (de forma consciente o inconsciente) también lo denotará en tu laburo. Y no me parece mal o ilógico que entonces el gerente te exija que te vistas de forma seria o tengas ciertas actitudes protocolares si la empresa quiere dar una imagen de seriedad, porque sin lugar a duda causará un efecto distinto en la persona que atiendas. Y no creo que tampoco sea para decir “bueno pero si una persona se deja llevar por como se viste la otra es una pelotuda” porque forma parte de la cultura y del imaginario colectivo. No me considero una persona superficial, sin embargo a mí si alguien empresarial a quién le encargo una gran responsabilidad viene en pantuflas y una remera de Barney y algo de desconfianza me creará. Probablemente si alguien no hubiese inculcado esos valores hace siglos no lo veríamos así, pero le vamos a hacer justicia a la historia? Me parece que es intentar pelear contra algo que ya somos y que de última tanto mal no hace. Uno se viste para la ocasión es así, por más incomodo que sea.

    Ahora bien, estoy de acuerdo que hay extremos. Hay veces que te exigen que te vistas de traje para hacer un arreglo de plomería, lo cual es ilógico (ok es un ejemplo exagerado, pero si vas a hacer un laburo en donde nadie te ve, ser tan hinchapelotas no le hace bien a nadie), pero sí que hay veces que “la primer impresión es la que cuenta”. Y te lo dice alguien que bastante desarreglada es.

    Me fui a la mierda con la longitud, si hay errores de redacción, piedad que fue largo y no lo revisé XD.  

  3. # Anonymous Anónimo

    esto es un posdata: A tu blog hay que darle duro che! Para ver si hay actualizaciones de respuestas o entradas tenés que mandar f5 unas cuantas veces XD.  

  4. # Blogger Rukazu

    Opino como Vic, sumado a lo que decías de las manos en los bolsillos... si alguien que te orienta tiene las manos en los bolsillos mientras te habla, denota un desgano de la persona que labura hacia vos, que sos el cliente.
    Y lo de vestirte o no como te pidan, es facil.. o haces lo q quieren, o no te toman, no te queda otra.

    Un abrazo.  

  5. # Blogger R V Greif

    Respondiendo...

    Vicky: Coincido con vos en el primer párrafo, en efecto el buscar cosas para identificarnos y resaltar es, en efecto, una cuestión superficial.
    El problema se da en la gente que antepone ésto a lo que se encuentra detrás.
    Con respecto a la actitud empresarial, no los culpo porque, después de todo, responden a los deseos del cliente. El problema, entonces, está en los clientes y sus exigencias. Por supuesto que hay un estándar de decencia e indecencia que suelen respetarse (qué se yo, la desnudez es un ejemplo).
    No veo como malo el estar relativamente bien presentado, sino que veo realmente mal el reparar en montones de gestos realmente insignificantes. Tener las manos en los bolsillos, por ejemplo, es una costumbre que siempre tuve, y no implica desatención... hasta me atrevería a decir que implica lo contrario, pero es muy relativo.
    Y está bien redactado, debo decir.
    Me olvidaba. Lo de la no-aparición del nuevo post es un error común de Blogger.
    Gracias por comentar!  

  6. # Anonymous Anónimo

    Bueno hay ciertas cosas que son bien de hilar fino, y para mi son estúpidas porque descreo en la psicología bastante. Por ejemplo si mirás para arriba y no sé para que lado es que mentís y cosas así. Pero eso ya entra en lo que es el concepto de cada uno de lo que implican los gestos y no de hecho que la idea de tener ciertas exigencias en la empresa sea errónea.

    Pero bueno ojo, insisto, no es que diga que si joya a todo, obviamente que considero por igual que hay cosas al divino botón, mas no todo.  

  7. # Anonymous Anónimo

    Mm.. me alegro muchísimo de que te haya ido bien en la entrevista, ese laburo te va a dar mucho mas espacio para moverte y "vivir" jajaja.

    Emm en cuanto a la estética.. mm.. hay cosas q no las tolero como el hecho de ser hombre y no poder llevar el pelo largo.. pero que DEMONIOS! entonces las mujeres tienen que ir peladas a laburar?


    me retiro


    FELIZ DÍA!  

  8. # Anonymous Anónimo

    hola

    yo estoy trabajando ahí hace como un año y me causó mucha gracia lo que dijiste

    la verdad es que es re pretencioso ese lugar de piojos resucitados

    pero bueno, jajaja
    esas cosas pasan, espero que estés laburando en un lugar mejor, esa empresa es de paso
    todos nos queremos ir a los 15 días de empezar a laburar ahí
    yo logré domar al moreno con carices homosexuales que parecen estar más inclinados a la asistente de ventas que hacia otra cosa


    en fin

    te mando un saludo  

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